¡Buenos días, profe! 👋 ¿Qué tal?
Estas vacaciones de Pascua, que en mi caso llegan hasta el próximo martes, han transcurrido entre un festival de música y deporte al aire libre. El yin y el yang, la verdad.
Del festival muchos aprendizajes no podemos obtener. Bueno, sí. Pero no de los que nos son de utilidad en nuestro día a día en el aula. Por lo tanto, los dejamos para otra ocasión. Del deporte sí. Muchísimos.
Andoni, que a priori no tiene ni idea de enseñar, ni de pedagogía, ni de estar rodeado de 25 criaturas que desean aprender, me lleva dando desde octubre varias lecciones que para ti y para mí son esenciales en el aula. Y él sin saberlo.
En octubre llegué a su clínica, decidido a mejorar mi condición física y mi movilidad. Tras una evaluación inicial ****para ver de dónde partíamos, me planificó una serie de ejercicios acorde a mis características y necesidades.
Antes de realizar estos ejercicios me hizo volver a la clínica. Allí no solo me los explicó, sino que vi cómo era la manera correcta de hacerlos. Me mostraba el movimiento correcto, me decía la razón y hacía hincapié en la progresión adecuada.
También insistía sobre los aspectos en los que me tenía que fijar, en qué lugares tenía que poner más atención ya que eran los más delicados y lo que debería sentir cuando lo hiciese.
¿Y sabes qué? Que eso es justamente el modelaje y que es fundamental en nuestra aula. Enseñar ejemplos bien hechos, explicitar los puntos clave, mostrar técnicas útiles y expresar lo que esperamos del alumnado para tener más posibilidades de que alcancen su éxito.
Pero esto no acaba aquí. Aprovechando las buenas temperaturas de estos días quedé con un amigo para ir al parque a hacer los ejercicios que me había mandado Andoni.
Y aquí viene la segunda lección. Cuando yo le mostraba a Javier algunos ejercicios él era incapaz de hacerlos. Y yo no me lo explicaba.
Javier, es más atlético y activo que yo. Escalamos juntos pero él además corre y va en bici bastante a menudo. ¿Por qué no podía hacerlos?
Ahí se me encendió la bombilla. Andoni ha estado, en cierta manera, proporcionándome un andamiaje durante estos meses para poder hacer lo que hago hoy. Primero la postura, luego movimiento, más tarde con una pierna, después con un poco de peso, el mes siguiente más repeticiones...
¿Lo ves? Él había estado preparando el terreno muy poco a poco para que yo pueda hacer ejercicios que ahora me parecen muy sencillos pero que sin los otros, como le pasaba a Javier, no podrías hacer.
¿Y todo esto para qué? Con el andamiaje podemos llegar a un nivel de complejidad que antes nos parecía inalcanzable. Poco a poco, el o la docente va retirando su ayuda (o haciendo el ejercicio cada vez un poco más difícil) con el fin de que el o la alumna consiga hacerlo autónomamente.
Y acabo con un pensamiento en alto. ¿Cuántas cosas de nuestro día a día pueden ser llevadas al aula o tienen relación directa con ella? A mí me alucina cuando me doy cuenta de estos "pequeños" detalles.
¡Vamos al lío! Disfruta del último finde de Pascua.
PD: Aquí puedes leer un poco más sobre el modelaje y también por sobre el andamiaje. Ambos artículos de @profesmadeinuk.