¡Buenos días, profe! 👋 ¿Qué tal?

Con la edición de hoy acabamos esta mini-serie dedicada al aprendizaje y cómo hacerlo más eficiente. Espero que esté siendo de provecho, que nos ayude a cuestionarnos cosas que hacemos en clase y a reforzar aquellas que ya hacíamos.

Hagamos un repaso rápido de lo visto hasta ahora. En la Edición 134 entendimos que el aprendizaje consiste en hacer conexiones. Cuantas más conexiones, más fácil será usar el conocimiento y utilizarlo.

En esa misma edición, vimos la importancia que tienen para el aprendizaje la memoria, la atención, la motivación y el lenguaje. La idea clave es que sin memoria no puede haber aprendizaje.

En la edición de la semana pasada vimos algunas prácticas que nos pueden ayudar a potenciar el aprendizaje y hacerlo más eficiente: la práctica deliberada, la práctica espaciada, la evocación (una de mis favoritas) y la metacognición.

Hoy terminamos con otras cuatro buenas prácticas que nos ayudarán a mantener el aprendizaje en el largo plazo.

¡Ah! Se me olvidaba. Esto no son recetas mágicas. Ya sabemos que no las hay. Haciendo esto no "aseguraremos" el aprendizaje, pero sí que, según la ciencia, son prácticas que lo favorecen.

¡Vamos al lío!

Práctica intercalada

Nos ponemos en situación. Ahora tú y yo somos nadadores. Dos muy buenos. Pero queremos mejorar nuestro rendimiento nadando de espaldas y al estilo mariposa.

Nuestra entrenadora nos plantea dos situaciones:

  1. Dedicar una sesión de 4 horas para nadar de espaldas y otra sesión completa, de la misma duración, para nadar al estilo mariposa.

  2. Dedicar dos sesiones de 4 horas cada una pero ir alternando constantemente los dos estilos.

¿Cuál escogerías? Piénsalo bien.

La primera opción se denomina práctica bloqueada. Consiste en practicar una habilidad/proceso/contenido durante un tiempo, enfocándonos única y exclusivamente en él.

La segunda, que es con la que yo me quedaría, corresponde a la práctica intercalada. Es decir, en la que vamos variando y aprendiendo/perfeccionando dos o más habilidades/procesos/contenidos. Como su nombre indica: intercalándolos.

El porqué, aunque puede parecer contraintuitivo, tiene su lógica. ¿Qué pasa si dedicamos mucho rato a la misma actividad? Ponemos el "piloto automático". No prestamos atención. Nos distraemos. No pensamos en lo que estamos haciendo. Por tanto, cierto tiempo en el que "estamos practicando" deja de ser útil.

Además, el intercalar diferentes aprendizajes nos permite traspasar lo que adquirimos en uno para mejorar y potenciar la adquisición del otro.

¡Y no solo esto! Sino que el establecer conexiones entre áreas que a priori no tienen nada que ver, puede fomentar nuestra creatividad.

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