El coste de oportunidad

¡Buenos días, profe! 👋 ¿Qué tal?

Hace algo más de una semana volvimos a retomar en el colegio el programa de radio que comenzamos el curso pasado. Con los aprendizajes y la experiencia vivida, decidimos pasar de hacer un programa semanal a uno diario. Sí. Un programa de radio cada día. De lunes a viernes.

Dejando a un lado la organización, te quiero contar el porqué y para qué de esta decisión, pero también lo que nos supone (si te interesa el cómo me puedes contestar a este email y te lo cuento).

Los beneficios que tiene la radio escolar son múltiples: competencia oral (en todos sus sentidos), trabajo de preparación previo, componente motivacional, competencia digital (para los más mayores), cooperación, reflexión del aprendizaje, etc.

Dentro de este gran conglomerado de actividades, dinámicas y proyectos que llevamos a cabo en nuestro día a día debe resaltar una pregunta: ¿qué estoy dejando de hacer?

Me explico. Cuando escogemos un producto final estamos dejando en la mochila muchas otras ideas. Cuando planteamos un proyecto a nivel de centro, estamos dejando otros sin hacer. Cuando escojo una metodología estoy desechando otras.

A esto se le llama el coste de oportunidad. Es decir, el “coste” que pagamos cuando elegimos una de las opciones. Y esto es espcecialmente importante para nosotros y nosotras ya que… ¿Qué opción es la mejor para el aprendizaje del alumnado?

La educación es muy compleja, carece de “ABCs” o respuestas infalibles. A cada docente, en cada clase, en cada centro y en cada uno de los contextos funcionarán cosas totalmente diferentes. O parecidas, pero nunca iguales.

¿Cómo puedo asegurar que escojo la opción más acertada? ¡Ay amigo/a, qué difícil es eso! Yo, como sabes, llevo unos meses leyendo sobre la evidencia científica en educación y, aunque esta muy lejos de asegurar que ocurra el aprendizaje, me proporciona información suficiente para, en términos del juego, “apostar el que más probabilidades tiene de ser el caballo ganador”. No es seguro, pero tengo más posibilidades.

¡Vamos al lío!

💭 Edu reflexiones

Observación docente

En la Comunidad Valenciana tenemos un proyecto formativo llamado i-Moute, una iniciativa de intercambio entre centros para observar proyectos, dinámicas, organizaciones y crear lazos que posteriormente sean de valor para mejorar nuestro centro.

Personalmente me parece un proyecto alucinante. Ir a otras escuelas, ver lo que hacen, cómo, dificultades que han tenido, aspectos clave y vivenciar cómo responde el alumnado a ello es una de las mejores fuentes de inspiración y aprendizaje que tenemos. Pero, ¿cómo podría ser incluso mejor? Piénsalo un momento.

Exacto, haciéndolo en nuestro propio centro. En la mayoría de casos, el día a día nos hace desconocer qué se está haciendo en la clase de al lado, cómo trabaja nuestra compañera con la que siempre almorzamos o qué rutinas usan en otras etapas que nos podrían ser de ayuda.

Este año en nuestro cole estamos intentando fomentar estas visitas a otras clases dándo la posibilidad de integrarlas dentro de nuestro horario. En mi caso he visitado a dos compañeras y he sacado algunas conclusiones.

  1. La confianza entre ambos docentes. Para mí, esencial. Yo me he sentido muy cómodo entrando en ambas clases en las que casi me han invitado mis compañeras a ir. Eso ya es un puntazo a favor.
  2. “No es i-Moute sin la charraeta posterior” (Hola, Esther 👋). No puedo estar más de acuerdo con lo que me dijo Esther. Observar está bien. Intercambiar visiones y pareceres después mucho mejor. ¿Y cómo podría estar incluso mejor?
  3. La previa. Antes de ir a la clase juntarnos y compartir lo que se quiere conseguir en esa sesión, lo que se va a hacer y lo que se espera que pase. Así ambos docentes conocemos lo que está pasando en clase.