¡Buenos días, profe! 👋 ¿Cómo estás?
Llegué a casa. Mojado, sucio, con rasguños y una cara triste. Tal como cerré la puerta escuché a mi madre por la cocina, estaba preparando la comida. En ese momento yo no tenía ni olfato ni ganas de comer. Y eso que llevaba sin pegar un bocado desde la noche anterior.
A lo lejos escuché: "¡Isaac! ¿Cómo ha ido el día? ¿A qué has jugado hoy?" Era la pregunta que mi madre me hacía todos los días, pero ese día, en ese momento, en ese instante en que la pregunta se desvaneció también lo hizo mi mente.
No contesté. Subí a mi cuarto mientras seguía escuchando a lo lejos palabras y preguntas cariñosas que salían desde un corazón dulce y que intentaban interesarse por una mente que ya no estaba en sí. Un subconsciente que no paraba de hacerse preguntas, de llorarse, de martirizarse, de gritar en el más absoluto silencio.
Abrió la puerta. Me miró y sonreí. Me dijo que si me pasaba algo mientras me hacía una carantoña. Contesté que no. Al instante me volvió a preguntar: "¡Ey! Ya está la comida, pero... dime, ¿cuál ha sido el juego de hoy?
Cabizbajo, intentando disimular los fantasmas y el terror que tenía por dentro contesté. El tira y afloja había sido el juego del día. Juego por llamarlo de algún modo.
Yo tenía entendido que el acto de jugar era voluntario (a mi me obligaron), era divertido (cuando perdí me hicieron revolcarme por el barro) y que si perdías había una siguiente ronda (me expulsaron del grupo de amigos y amigas). Era mi fin.
¿Y por qué no se lo contaste a tu madre? Te preguntarás. Nadie quiere que su hijo o hija sea una perdedora, se quede sin amigos y amigas y le hagan revolcarse por el jdido fango como un cerdo.*
No pasa nada. Seguro que lo olvidaré pronto. O nunca.
No. Nada de esto me pasó, pero sí que siento que lo tenemos cada vez más cerca. Con este pequeño relato quería abordar cuatro temas que considero muy importantes:
Agradecería mucho que reenviases esta edición a otros y otras profes a las que crees les gustaría leer este boletín... ¡Mil gracias de antemano! 💚
¡Vamos al lío!
Escribir es una tarea difícil. Muy difícil. Al principio incluso bastante aburrida. Hay que tener cuidado con las faltas, los signos de puntuación, asegurarnos que las palabras tienen coherencia y cohesión, que está bien estructurado... ¡Qué pereza!
Afortunadamente tenemos estrategias y técnicas que nos ayudan a fomentar la escritura en el alumnado, pero también a mejorarla, ya que como dice mi tema 8 de las oposiciones para inglés: "People learn to write by writing". Así que... ¡manos a la obra!
En primer lugar @llume38 comparte el "Taller de jóvenes escritores" en el cual entra en juego el azar, con los dados, y la creatividad para juntar los personajes, el escenario y la situación.