¡Buenos días, profe! 👋 ¿Cómo estás?
Muchas veces me he preguntado qué es la escuela, qué función tiene y cómo sería la escuela ideal. Son cuestiones a las que, por supuesto, no he conseguido dar con una única respuesta. Además, cuando doy con una que me convence, al cabo de un tiempo siento la necesidad de modificarla.
El otro día observé unas actitudes durante el tiempo de patio que relfejó a la perfección la que creo que es una de las funciones principales de nuestra institución: la diversidad (que engloba la empatía e inclusión).
Te cuento. En la zona del patio en la que me tocaba estar, jugaban los niños y niñas de 5º. Algunas personas corrían intentando pillar a otras, otro grupo lanzaba las pelotas y una cuadrilla de cinco o seis chicas permanecían sentadas en el suelo con un niño.
Hasta aquí todo bastante común. Lo curioso viene ahora. Este niño que estaba en ese grupo es Pepe (nombre inventado), un niño de 11 años pero con un desarrollo cognitivo de 2. Imagina.
Pepe está totalmente incluido en la clase. Obviamente, cuenta con un apoyo permanente que muchas veces se hace dentro de clase y otras fuera.
Sus amigas, las que estaban con él sentadas en el suelo del patio a pleno sol, se turnaban para trocearle el bocadillo y ayudarle a comérselo. Incluso, cuando él no quería comer, le intentaban convencer mediante recompensas como darle una rosquilleta de su almuerzo, un trozo de chocolate, etc.
Me pareció brutal que estas niñas, con tan solo 10-11 años, fuesen capaces de tener esa empatía y ayudar a Pepe. Pero no solo eso. Estas niñas, desde edades bien tempranas, están conviviendo durante gran parte de su día con un montón de personas, cada una con sus características, fortalezas y debilidades.
Y eso creo que es la escuela. Un lugar de convivencia, empatía, respeto y ayuda mútua. Un lugar en que la palabra inclusión no debería existir, porque la escuela o es inclusiva o no es escuela. Porque sin diversidad no hay crecimiento.
¡Vamos al lío!
PD: Muy relacionado con esto, surgió una pregunta en las #CharlasEducativas de @imgende sobre la posibilidad de tener centros específicos para Altas Capacidades (@iore_). Mi opinión es la misma que la reflejada arriba.
Estaréis de acuerdo conmigo de que uno de los grandes generadores de conflictos en los coles son los deportes de contacto y competición, ya sea baloncesto, fútbol o balóntiro. Durante los 30 minutos de recreo pasan cosas, escuchamos vocabulario y vemos actitudes y actuaciones en niños y niñas (sobre todo los primeros) que no vemos en ningún otro ámbito de la escuela.
Durante los cursos de pandemia muchos colegios (o todos) suprimieron balones en el recreo por seguridad. Esto dio como resultado la bajada de conflictos durante el recreo, ya que los niños y niñas hacían otros muchos juegos y propuestas.
Ahora, nos volvemos a encontrar una situación "normal" en la que los campos de fútbol y baloncesto vuelven a ser utilizados para jugar a esos deportes, ocupando la gran parte de área de juego. ¿Y la consecuencia? Vuelven los conflictos y acitudes no deseadas. Golpes, insultos, lloros, caídas, "piques"...
Creo que es súper importante fomentar el deporte, pero con él, actitudes de respeto, tolerancia y compañerismo. Es cierto que yo era de los futboleros, de los que deseaba que llegase la hora del recreo para "patear" a la clase del "B". Queríamos jugar, pero sobre todo ganar. Y claro, esto acababa en la gran mayoría de ocasiones en discusión y una rivalidad enfermiza contra el otro grupo de compañeros y compañeras.
Como dice @elvira_fernndez en este episodio de Somprojecte, debemos cambiar el diseño de los patios, hacerlos más inclusivos y que así dejen de ser patios "fútbolcentristas".
También, @PaulaBlooom nos compartió por twitter una situación que ocurrió en su clase (niños y niñas de 7-8 años) en la que incluso llegan a decir, por impulso, "idiota" a la maestra. Esto no es más que otra prueba que el deporte debe de ir acompañado de valores.
Hagámos del patio nuestra mejor aula. Recordemos que el recreo también es un tiempo educativo súper importante y que debemos educar en valores a través del deporte. Esencial.
También hablamos de los patios en las Ediciones 18, 19 y 22.